Monday, October 31, 2016

Desde la calle


El miércoles 26 salimos a marchar acompañando a personas y líderes de los sectores populares del municipio Libertador, partiendo desde la plaza O’higgins, en Caracas. La convocatoria fue sin duda menor a la del 1°de septiembre pero logró reunir a un grupo numeroso de gente. Era considerable la cantidad de piquetes de la Guardia Nacional colocados a lo largo de la ruta y logramos sortearlos consiguiendo alternativas que nos permitieron alcanzar la autopista.
Pudimos atravesar de forma no violenta un último piquete de la Guardia Nacional y continuar nuestra marcha hacia el punto de concentración en La Carlota. Nuestra experiencia difirió de otras ciudadesdel país, donde la represión por fuerzas del orden público y el ataque de grupos afectos al gobierno resultó en un gran número de manifestantes heridos y apresados arbitrariamente. Formas de represión violenta y persecución política promovidas desde el Estado que no pudieron contener el caudal de personas que a nivel nacional salieron a expresar su descontento y hartazgo ante el actual gobierno, la situación del país y la confiscación de las vías democráticas de participación.
La diversidad y número de los que marchábamos testimoniaba el gran rechazo que el gobierno de Nicolás Maduro ha logrado generar en el país. Un descontento que creemos ha llegado a un punto álgido al anularse el Referendo Revocatorio. El momento es de gran tensión y descontento, en el que existe la exigencia de resoluciones inmediatas, ante una situación que, sobre todo en los ámbitos de la crisis alimentaria y médica, es insostenible para amplios sectores de la población. Ante esto el gobierno se ha atrincherado en el poder y apelado al uso indiscriminado y sectario de entes del Estado, la instrumentalización de la violencia y el bloqueo de los mecanismos democráticos.
La salida a la calle de los venezolanos se ha convertido en la única herramienta de resistencia, presión y exigencia para lograr enfrentar al régimen y generar cambios en la situación.
Este nuevo escenario implica una serie de retos tanto para las personas como para su liderazgo. Como lo hemos dicho con anterioridad para la MUD implica la apertura inmediata a diferentes sectores más allá de lo político, para la construcción de una agenda real, con capacidad de representar los intereses de los diversos sectores nacionales. Actualmente no solo existe la necesidad de recuperar unas mínimas coordenadas democráticas (cronogramas electorales, independencia de los poderes, cese a la persecución y hostigamiento políticos, por ejemplo), sino también un cambio radical del gobierno y sus políticas frente a la crisis, la atención inmediata de las emergencias alimentarias y médicas nacionales, así como la creación de un marco de convivencia que permita las condiciones para la gobernabilidad del país.
Para la gente marca el comienzo de un nuevo tipo de participación política más crítica, y diferente a la de los eventos electorales. Ahora es prioritaria la búsqueda de alianzas, el establecimiento de redes y la organización en grupos que permitan integrar los diversos sectores que buscan el cambio de gobierno. También implica el asumir un proceso de transformación de la realidad donde no existen soluciones inmediatas y únicas, y que exigirá el esfuerzo, la templanza, el sentido común y la conciencia de todos.
Como lo hemos visto en nuestro trabajo diario, el ejemplo de las comunidades populares en la solución de problemas es revelador y apropiado para el momento que atravesamos. Allí se apela a formas convivenciales y solidarias, donde la organización de las personas y la creación y puesta en práctica de iniciativas logran resultados exitosos frente a problemas tan graves como la violencia criminal.
Casos como los de Catuche nos muestran historias de personas inmersas en contextos adversos, frente a grupos empoderados por la violencia. A través del encuentro entre la misma comunidad y la asistencia de otros sectores sociales (en este caso particular, la Iglesia y las universidades), implementan acciones concertadas y novedosas que logran transformaciones que superan los resultados de las acciones policiales y estatales.
La realidad dictatorial del gobierno y el recrudecimiento de la crisis, ha terminado por llevarnos a la calle, para exigir cambios y transformaciones. Y es desde de la calle, donde todos nos estamos encontrando, de donde debe salir la maneras y la fuerza para lograrlo.

Coordinador de Movimiento Mi convive
Miembro de Primero Justicia

Friday, October 28, 2016

La fuerza del diálogo es la calle


Escribimos estas líneas antes de las manifestaciones que habrán de sucederse en distintas partes del país el miércoles 26 de octubre, en protesta por la anulación de la recolección del 20 % de las firmas para lograr la activación del referendo revocatorio este año.
A pesar de la confusión generada por la desinformación de la MUD el día lunes, esperamos que estas manifestaciones sean masivas y dejen claro al gobierno la determinación no violenta de los venezolanos de restituir el hilo constitucional para evitar situaciones de enfrentamiento entre nosotros. Nos entusiasma ver la movilización generacional que ha arrancado en las Universidades de todo el país.
Si hasta hace poco el gobierno había mantenido una política de represión focalizada, realizando detenciones y persiguiendo y difamando a miembros específicos de diferentes partidos de oposición, ahora, después de bloquear el escenario electoral, plantea una represión masiva, en medio de un contexto convulso de impopularidad. La violencia ha sido la única forma en la que el  gobierno continua en el poder aferrándose a sus privilegios. Sus acciones lo califican ya francamente como una dictadura.
El gobierno busca mantenerse en el poder montado sobre una situación de crisis galopante,  que se deteriora cada día más  y con una situación interna también fragmentada y conflictiva.
En el marco de ruptura del hilo constitucional, el asalto al parlamento el domingo 24, nos hace preguntarnos ¿Para qué sirven las Fuerza Armada Nacional Bolivariana? ¿La necesidad de preservar en el poder a este gobierno deslegitimado está dejando sin vigencia e importancia a esta institución, que no cumple su función de salvaguardar a los ciudadanos y organismos del estado?  
Esta semana marca el comienzo de una nueva etapa en donde debemos enfrentarnos a la crisis más profunda que ha atravesado el país, (sobre todo en las áreas de alimentación, medicinas, inseguridad y economía), buscando cambios y soluciones en conjunción con los desmanes de un gobierno que ya no es democrático y cuyo accionar desconoce las necesidades y opiniones de la mayoría y constituye la principal piedra de tranca para producir el encuentro y la conjunción de los venezolanos.
El cancelamiento de vías electorales que nos lleva a la necesidad de abordar diferentes ámbitos de la escena política, plantea a la dirigencia opositora el abrirse a otras organizaciones (gremios, federaciones de estudiantes, sindicatos, entre otras) y a las comunidades populares y de las clases medias para articular un gran frente unido nacional donde las distintas agendas del país confluyan ya no solo para buscar una salida a la crisis sino rescatar las bases mínimas de la democracia.
Recuperar las formas democráticas y mantener y construir relaciones de convivencia y solidaridad en el tejido social del país, donde todos y cada uno de los sectores sociales se vean identificados, serán tareas fundamentales para poder unificarnos frente a un gobierno que tiene en su poder los mecanismos del estado y que supedita las necesidades del país frente a su supervivencia y predominancia en el poder.
En esta semana se ha planteado un falso dilema entre movilización de calle y la posibilidad de un diálogo con mediación del Papa. Desde nuestro punto de vista una movilización en la calle, donde confluyan todos los sectores de la vida nacional, es la principal herramienta de persuasión que tenemos los actores democráticos frente a un régimen dictatorial, para forzar la restitución del hilo constitucional.
Los tiempos actuales son de grandes complejidades y dificultad. Debemos atravesarlos evitando sucumbir a la violencia y buscando una unidad nacional real, auténtica, en donde estemos articulados y responsabilizados entorno a la solución de los problemas que hoy nos afectan y la construcción de un futuro en donde todos estemos representados. Vemos todos los días en las comunidades que las posibilidades de cambio siempre están enlazadas a mecanismos de organización. Es hora de que asumamos de lleno ese ejemplo.

Roberto Patiño
Coordinador de Movimiento Mi convive

Miembro de Primero Justicia

Monday, October 24, 2016

Construir una nueva unidad para una nueva realidad




En las comunidades populares escuchamos repetidamente de la boca de las personas la frase “¡Este gobierno nos está matando!”, para definir el estado de la situación. No es una metáfora. Las acciones que realiza el gobierno de Nicolás Maduro para mantenerse en el poder profundizan la pobreza, incrementan la violencia y son hostiles y agresivas contra la vida de las personas.
Al momento de escribir estas líneas tribunales penales de Valencia, San Fernando de Apure, Aragua y Bolívar ordenaron medidas para posponer cualquier acto generado de la recolección del 1% de firmas, invalidando en sus estados las jornadas del 20% que iban a iniciarse el próximo miércoles 26 de octubre. Posteriormente el CNE anunció que acataba esta medida y decidía suspender  totalmente (en todo el país) el proceso, asestando un golpe mortal a la realización de un referendo revocatorio, no sólo para este año si no para el próximo.
Horas después, en la noche, el circuito judicial de Carabobo emitía órdenes de prohibición de salida del país a líderes políticos de la MUD, como Chuo Torrealba y Henrique Capriles.
Aunque el CNE ha anunciado la realización de elecciones a gobernadores para el primer semestre del 2017 y conmina a promover un diálogo nacional, lo hace en medio de una situación de represión y persecución política, sin poderes e instituciones independientes, y de desconocimiento y negación por parte del gobierne de sectores mayoritarios de la población. Ha quedado claro que el gobierno de Nicolás Maduro ha decidido fracturar definitivamente las formas democráticas que constituían uno de los últimos espacios de convivencia en el país.
Esto nos plantea una difícil e inédita coyuntura, donde deben reformularse las formas de participación y donde los liderazgos políticos deben abrirse para articularse en conjunto con los diversos sectores del país, para hacer una lectura correcta del momento y planificar y ejecutar acciones para abordar la complejidad y dificultad de nuestra situación.
Más allá de posturas políticas e ideológicas, los venezolanos hemos venido expresando en diferentes contextos la necesidad de convivencia y solidaridad, de encuentro verdadero de los diversos sectores de la sociedad. Y no hablamos de un anhelo ingenuo o ideal, sino de la construcción de vínculos auténticos y acuerdos confiables y sostenibles, que puedan articularnos efectivamente para enfrentar los graves problemas que estamos atravesando y transformar nuestra realidad.
A este respecto la agudización de la crisis ha estimulado el surgimiento  y el refuerzo de organizaciones y redes de apoyo que proponen soluciones puntuales, en la medida de sus posibilidades, como el intercambio de medicinas y prestación de servicios médicos básicos o la creación de bancos de comida, por ejemplo. La efectividad de estas propuestas no se encuentra solo en la obtención de donaciones e insumos sino también en la conformación de equipos de trabajo, donde los organizadores y beneficiarios asumen responsabilidades y en conjunto forman parte activa en la planificación y ejecución de las iniciativas.
También en este contexto de crisis, la agenda sectaria y violenta del gobierno ha puesto en evidencia el agotamiento del modelo de polarización cuya consecuencia más dañina ha sido la fragmentación del país y el establecimiento de un clima de desconfianza y rencor entre los diversos actores que lo conforman. En los sectores populares se han abierto espacios para el intercambio y la participación. En el Municipio Libertador, hemos podido participar de esta nueva realidad, en un proceso de intercambio y aprendizaje con las comunidades, en un trabajo de creación de relaciones y establecimiento de confianza mutuos para la realización efectiva y sostenible de proyectos.   
En la actual situación, la suspensión del RR ha cercenado vías de consenso primordiales, en un claro intento de explotar la desesperación y generar reacciones inmediatas que puedan desbordarse en escenarios de violencia y conflictividad, ideales para el gobierno.
Las exigencias de la situación actual piden el encuentro del país, la unión real, organizada y operativa de comunidades, sociedad civil, centros de estudiantes, sindicatos, gremios, organizaciones, partidos políticos, entre los diversos sectores que nos conforman. La construcción de estas relaciones de las que hablamos, sin condicionarlas solo a las necesidades del ahora político sino a la vista de la serie de retos implícitos a corto, mediano y largo plazo que están planteados para salir de la crisis histórica que hoy nos sacude.
El encuentro entre los venezolanos ya no puede seguir siendo otro punto en la agenda para un posible proyecto de país. Es la condición básica e impostergable sin la que no podremos revertir las políticas nefastas de este gobierno, salir de la crisis en la que estamos atrapados y construir nuestro futuro.


Roberto Patiño
Coordinador de Movimiento Mi convive
Miembro de Primero Justicia

Monday, October 17, 2016

En el ojo de la tormenta


Nos encontramos ahora en medio de una situación inédita en la historia de nuestro país. El gobierno de Nicolás Maduro se ha atrincherado en el poder y para no ser despojado de este, viene desarmando el entramado del sistema democrático: Inhabilita procesos, reprime al resto de las agrupaciones políticas y a amplios sectores del país y coapta instituciones del Estado, imposibilitando la necesaria independencia de los diferentes poderes públicos.
La visión del poder total, en el que se pierde y se gana todo, repetida una y otra vez por voceros oficialistas, es incompatible con una realidad democrática, que plantea la existencia necesaria de una diversidad política, donde distintas agrupaciones cohabiten entre sí y las diferencias puedan consensuarse en acuerdos y negociaciones que repercutan positivamente en la vida de las personas.
Hugo Chávez recurrió a eventos electorales para avanzar en su proyecto de gobierno, apoyando siempre su visión personalista sobre la base de una popularidad que sostuvo y alimentó durante todo su mandato. El actual gobierno, impopular, tóxico y fuertemente cuestionado por la inmensa mayoría nacional, no se puede medir electoralmente. Atrapado en su visión de poder total, el escenario de una derrota en unas elecciones equivaldría, según su óptica, a su desaparición.
De allí la arremetida para bloquear el proceso de activación del referendo revocatorio. Tanto el gobierno, a través de figuras como la del alcalde de Caracas, Jorge Rodríguez, o Diosdado Cabello, pasando por el mismo presidente de la República y las representantes del organismo electoral, CNE, han declarado imposible la celebración de un referendo este año.
Se aluden causas técnicas, se vilipendia a los promotores y participantes de la iniciativa e incluso se define al proceso como parte de un plan golpista. Los pasos y requerimientos para la activación del referendo han sido frontalmente saboteados y dificultados desde este Estado secuestrado.
Al momento de escribir estas líneas se desconoce cuál será el pronunciamiento del TSJ al respecto. A la grave crisis que atravesamos, se le suma este estado de zozobra sobre el mecanismo democrático, el referendo, que podría iniciar el proceso de cambios que el país necesita y pide para salir de la terrible situación en la que nos encontramos y construir un futuro con un proyecto inclusivo y sostenible.
Como decíamos al principio, la situación es inédita. Nos lleva a replantearnos y repensar las formas de participación política. No para cuestionar los alcances de la democracia, sino para hacerle frente a un grupo que se ha hecho con el poder y usa los entes y mecanismos del Estado, ya no sólo con fines estrictamente personalistas, sino negando las necesidades y exigencias de la gente y actuando en detrimento de esta.
En días pasados reconocíamos la actitud del liderazgo de la MUD a abrirse a otros sectores de la vida venezolana más allá de lo político para cohesionar un gran movimiento nacional que pueda impulsar la activación del RR. En este sentido,llamábamos también a la inclusión de las comunidades populares y los sectores de la clase media en la construcción de ese gran movimiento, no sólo en apoyo para lograr acciones inmediatas como las del revocatorio, sino para consolidar un compromiso nacional entorno a la construcción del proyecto de vida al que los venezolanos aspiran.
El momento es de sensatez y encuentro, frente a la desesperación y el desánimo, la conflictividad y la represión planteadas por el Gobierno. De auténtica convivencia y del reconocimiento de los lazos que verdaderamente nos conectan con los demás, oponiéndonos a la desintegración social y a la imposición violenta de medidas arbitrarias desde el poder. Un momento de solidaridad en contracorriente a la exclusión y el egoísmo.
Nos encontramos en el ojo de la tormenta.
Con sus acciones el Gobierno está llevando al límite a la sociedad democrática, a través de la imposición violenta y represiva de sus políticas como la única opción que, considera, puede asegurar su permanencia en el poder. Una terrible decisión que augura sólo más padecimientos y dificultades.
Debemos reconocer esta situación, estar consciente de ella y buscar las formas de reaccionar y enfrentarla. Es una tarea difícil y un reto ineludible para definirnos como personas y como país.

Tuesday, October 11, 2016

El Estado como amenaza



En las carreteras venezolanas ya es común para los transportistas, sobre todo de alimentos y comida, el pago de  un “peaje bolivariano”, impuesto por funcionarios corruptos,  para  poder transitar las diferentes alcabalas de sus rutas. Hechos de este tipo,  que se han vuelto habituales y comunes, definen la escala de los problemas estructurales de nuestro país.
La actual cotidianidad de los venezolanos nos exige lidiar diariamente contra la crisis alimentaria, médica y económica. La celebración de un Referendo Revocatorio este año,  el mecanismo constitucional que la gran mayoría consideramos indispensable  para producir los cambios que permitan salir de la crisis, se ha visto imposibilitado desde el gobierno a través de todos los medios posibles.
Otro de nuestros más profundos problemas, el de la  inseguridad  personal y la violencia que a comienzos de años era la preocupación principal de los venezolanos, ha quedado en un segundo plano de atención, sin que por ello se haya atenuado o mejorado.
Para finales de este año, algunas estimaciones proyectan  la dantesca cifra de más de 25.000 personas asesinadas en hechos de criminalidad y violencia. Esto en medio de la implementación de nuevos planes de seguridad y reformas a los cuerpos policiales por parte de entes gubernamentales.
A comienzos de la semana pasada el Foro Económico Mundial, en su Índice de Global de Competitividad,  colocó a Venezuela como la nación más corrupta del mundo.  Esta noticia fue otra más entre tantas que describen la magnitud de la crisis actual que atravesamos y que tal vez no ponderamos en su justa importancia, sumidos como estamos en medio de nuestra implacable realidad.
La evaluación del Foro Económico Mundial coincide con  el reconocimiento de nuevas formas delincuenciales que se están produciendo en nuestro país y que han detectado organizaciones  como el Instituto de Estudios Populares en Caracas: en los últimos tiempos se ha venido registrando la incorporación masiva de efectivos de las Fuerzas Armadas (desde soldados rasos hasta oficiales medios) en actividades criminales,  así como la organización para delinquir de grupos dentro de los cuerpos policiales.
Para nosotros es claro que todos hechos tienen como centro al Estado venezolano. Un Estado que ejecuta de acciones políticas nocivas para la convivencia y el desarrollo sociales, un Estado con discurso de humanidad y progreso que se distancia abismalmente de los hechos de injusticia y transgresión que produce.Un Estado que ha acabado legitimando la impunidad y que ha terminado perdiendo la más importante de condiciones para ejercer el poder: la confianza de la gente.
Esta situación la hemos percibido en toda su crudeza en nuestro contacto con comunidades de la Cota 905 de Caracas. Esta zona ha sido brutalmente afectada por los operativos de la OLP. Ya son numerosas las denuncias de abusos e irregularidades cometidos por funcionarios, en los que se han reportado desde ejecuciones sumarias y muertes de civiles inocentes, hasta saqueos y robos por parte de funcionarios y cuerpos de seguridad.  Uno de los casos más terribles ha sido el del asesinato de Elizabeth Aguilera,  cuyo cuerpo parcialmente incinerado apareció días después de denunciar la actuación de cuerpos policiales. Ya a mediados de junio, la fiscal general Luis Ortega Díaz emitió declaraciones acerca de la preocupación de la Fiscalía en torno a las denuncias surgidas a partir de las OLP, sin que se produjeran acciones significativas al respecto.
La pérdida de confianza en el Estado no es poca cosa. Fractura la relación entre las personas, sus gobiernos e instituciones, impide la implementación de planes y la búsqueda de soluciones consensuadas y abre la puerta a una situación de descontrol,  anarquía, violencia  e inseguridad que permea todos los espacios de la vida de un país.  
Como lo hemos señalado con anterioridad, en este tipo de situación, cuando los esfuerzos para generar relaciones de solidaridad y convivencia, indispensables para el establecimiento de una sociedad,  son enfrentados en primer lugar por el accionar del gobierno, se trastocan negativamente   la vida y el desarrollo de las personas.
Porque cuando perdemos la confianza en el Estado, sobre todo a los niveles que hoy en día hoy padecemos en Venezuela, solo podemos verlo como en lo que en realidad se ha convertido: una amenaza.
PD: En el transcurso de la semana estaremos acudiendo al Foro organizado por Observatorio de Favelas, en Río de Janeiro. Escucharemos testimonios y trabajos acerca de experiencias y soluciones que comunidades  en  Brasil y Latinoamérica  en respuesta a situaciones como las que hoy atravesamos en el país. La semana entrante hablaremos de ellas.

Sunday, October 9, 2016

Día 2 del seminario: Democracia como respuesta a la violencia en América Latina

Presentación de Caracas Mi Convive en Río de Janeiro

Caracas Mi Convive, Río 2016

El viernes hablé sobre Caracas Mi Convive en el seminario  “Democracia como respuesta a la violencia en América Latina”, en Río de Janeiro. Muchas personas, como Mónica Cuhna, del Movimiento Moleque (una de las organizaciones que se presentó en la actividad) se sintieron muy conectadas con nuestro proyecto y las historias que tenemos, como la de las madres de Catuche. Tuvimos encuentros emocionales, pero, sobre todo me hicieron preguntas muy interesantes. Voy a compartir una de ellas con ustedes:

Me preguntaron ¿cómo evitar que las comunidades quieran mano dura?

Mi respuesta fue que las comunidades donde ha pasado la OLP en Caracas la rechazan profundamente. Las políticas de mano dura suelen tener apoyo en los sectores donde esos escuadrones de la muerte no llegan. En los últimos días, la OLP ha asesinado a 19 personas. Las violaciones de los derechos humanos son evidentes: en muchos casos los que caen son jóvenes que no están involucrados en actividades criminales. También es importante destacar que en nuestro país no existe la pena de muerte y si algún joven está involucrado, es un juez quien debe determinar si debe ir preso, y no que un policía haga un juicio y le de sentencia de muerte.


¿Cómo evitar la estigmatización que puede suceder al calificar un sitio como “punto caliente”?

Los puntos calientes son identificados por la misma comunidad y los apoyamos en la recuperación del espacio para que deje de ser un sitio de conflictividad y pase a ser un lugar de convivencia

¿Cómo se le llega a más audiencias? Cuáles son los canales?

Las redes sociales han sido claves para segmentar audiencias y mensajes.

¿Cuentan con la participación de victimarios?

Tenemos casos, como el de Miguelon, que decidió cambiar y hoy es un líder de la convivencia en su sector.

Existen riesgos de seguridad para personas de la comunidad que participan en los talleres?

No hemos tenido problemas, en las comunidades nadie quiere que continue el ciclo de homicidios.

Este día compartí el espacio del primer bloque de presentaciones con Daniela Arbeladez, de Medellín, quien representó a la Casa de las Estrategias. Esta organización es un centro de estudios que divulga ideas con adolescentes (se llaman centro neuronal). Apoyaban el Sí en las elecciones de Colombia por el acuerdo de paz ("Dejar las armas para entrar en la política").

  • Enseñaron una campaña interesante, que le preguntaba en un video a niños de las comunidades a qué le tienen miedo. En lugar de decir la oscuridad o cosas relacionadas a niños, dijeron a que maten a mi familia, revelando el tema de la violencia y cómo la asume la niñez.
  • También hablaron de la campaña “No Copio”, que significa no acepto.
  • Aspiran construir una ciudad sin miedo.
  • Presentaron “Descontando en Medellín”, una campaña que critica que,como los muertos suelen ser jóvenes de los barrios, no se critica y se asume que seguro “eran drogadictos o estaban metidos en problemas”.
  • Afirmaron que hay que volver a lo simbólico y honrar la vida de quienes han muerto.
  • Propusieron un “candidato” falso a la alcaldía. El nombre era de un joven que habían matado en una comunidad.



Movimiento Molenque: Mónica Mónica Cuhna es la fundadora de esta organización brasilera. Es madre de tres hijos, de los cuales uno fue detenido por la policía por participar en un robo (a los 15 años), lo que la impulsó a fundar el Movimiento Molenque, que promueve la educación en niños adolescentes. Movimiento Molenque es un movimiento de denuncia y reivindicación que busca empoderar a las madres para evitar que sus hijos adolescentes se vuelvan delincuentes.

  • Le mataron a un hijo que tenía mala conducta.
  • La policía lo mató, pero primero lo apresó y lo golpeó.
  • Le dijeron: “ustedes cuando paren bandidos no llaman a la policía, vienen a hacer bulla cuando tenemos que salir a recoger su basura”.
  • Tiene 15 años de lucha.
  • “Socio Educativo” se llama la cárcel de menores en Brasil,
  • Las madres deben ser protagonistas en la recuperación de sus hijos, son ellas las que más los conocen.
  • Nadie nace ladrón, la razón es desigualdad y pobreza.
Mónica Cuhna


Amnistía Internacional (Brasil). Los investigadores Ligia Batista y Marcelle Decothé expusieron sobre lo que hace esta organización.

Es un movimiento global que defiende los derechos humanos y promueve la justicia. Ligia Batista es asistente de investigación en Amnistía Internacional, Abogada formada en derechos humanos.

Ponentes de "Democracia como respuesta a la violencia en América Latina"


Friday, October 7, 2016

Día 1 del seminario "Democracia como respuesta a la violencia en América Latina" y La favela Mare


Ayer fue el primer día del seminario “Democracia como respuesta a la violencia en América Latina”, en Río de Janeiro. Terminé el día con muchos aprendizajes y reflexiones que quisiera compartir con ustedes, sobre todo porque el evento es dentro de la favela Mare. A pesar de que todos los días voy a las comunidades y sé que en algunos lugares tomar una foto de la fachada no es lo más prudente, caí en este juego apenas me encontré con lo que es la favela Mare. Por supuesto, justo después de capturar la imagen uno de los organizadores me comentó que no era seguro hacerlo.

Mare es a ras del suelo, es decir, no es un cerro, como otras favelas de Brasil o los barrios caraqueños. Me sorprendió mucho ver a solo 5 minutos de una calle principal a jóvenes con armas largas en casi todas las esquinas.  Es una ciudad llena de contradicciones: así como están estos chamos y un fuerte olor a droga por las calles, también hay organizaciones como Redes de Mare, donde se hace un trabajo fascinante. Vi niños recibiendo clases en talleres de arte.  Es fascinante que la imagen de esta comunidad esté compuesta por una fuerte presencia de armas y ve los servicios básicos no funcionan bien, pero también  por un edificio, que no destaca ni es pretencioso, pero dentro de él está una organización haciendo un trabajo increíble. También está el Observatorio de Favelas muy cerca.

Favela Mare

Favela Mare 

El director de Redes de Mare, una organización que está en la favela Mare, en la comunidad Nova Hollanda, comentó que este lugar tiene más habitantes que el 90% de las ciudades de Brasil. Como todas las favelas de este país, la seguridad es el gran reto. En Mare hay grupos paramilitares asociados a las drogas y batallones de policía, por lo que se genera mucha violencia. Detalle: En Mare 10% de la gente es analfabeta, frente a Mare queda una de las mejores universidades del país.

¡La seguridad es un derecho! ¡Es un problema de Rio y de Brasil, no solo de Mare! Son las consignas con las que han movilizado a la comunidad.

Quisiera compartir con ustedes una breve explicación de los ponentes del día miércoles y una breve reflexión de cada uno de ellos.

Raquel, del Observatorio de favelas se está dedicando de lleno al proyecto de este evento, “Democracia como respuesta a la violencia en América Latina”. Están identificando experiencias de campañas, promoviendo intercambio metodológico y formulación de políticas públicas.
Raquel, del Observatorio de favelas

Ignacio Cano, coordinador del Laboratorio de Análisis de Violencia (LAV) explicó el estudio que realizó sobre programas de reducción de homicidios en América Latina. Los resultados son los siguientes:




  • 1/3 homicidios del mundo suceden en América Latina.
  • ¼ homicidios en el mundo suceden en Brasil, Colombia, Venezuela y México.
  • La tendencia de homicidios en el mundo es a bajar, en América Latina es subir.
  • Parte de lo que concluye es que la mayoría de los programas hablan de prevención de violencia en general y no específicamente de homicidios.
  • Solo 20% de los programas evaluados tienen medición de impacto: es difícil hacerlas




Carlos Cruz, fundador de la organización Cadena de Mando, fue el representante de México. Esta fundación trabaja en la formación de jóvenes para su empoderamiento y en reconstruir el tejido social de las comunidades a través de actividades de integración, formación y generación de oportunidades económicas.

  • Testimonios de jóvenes que dicen que quieren “ser alguien en la vida” y las pandillas “te van diciendo quien eres tu” por eso se suman
  • La organización toma jóvenes que fueron pandilleros, los forma y los convierte en interruptores de conflictos. 
  • Han tratado 5700 pandilleros, 82% no han reincidido
  • Los pandilleros son victimarios-víctimas: sufrieron las ausencias del Estado
Jaime Varela representó a Honduras, con la Asociación para una Sociedad más Justa. Esta organización trabaja por una sociedad con justicia, con un sistema gubernamental que funcione y sea justo con los más vulnerables. Enfoque religioso cristiano. Trabaja en asistencia anticorrupción y justicia.


  • Son una organización cristiana que dice “Jesús no es solo oración, también es acción”
  • Se dedican a hacer investigaciones de homicidios desde la sociedad civil. Contratan investigadores y abogados privados que se ganan la confianza de la comunidad y consigue testigos para tener pruebas. Se las facilitan a la policía para que no haya impunidad.
  • Dan atención a la víctima: psicológica, legal y de investigación para que tengan justicia.
  • Es un reto trabajar en honduras donde operan 2 pandillas transnacionales.
  • Tienen también un programa de protección de testigos.


Jaime Varela

Javier Toledo y Linda Amézquita Mendoza son líderes sociales de Guatemala que hablaron sobre Jóvenes Contra la Violencia, una organización de jóvenes que promueven la seguridad en Centroamérica. Realizan campañas y foros orientados a jóvenes.

  • Cada 90 min muere un Guatemalteco.
  • Jóvenes contra la violencia es una asociación en todo Centroamérica.
  • Presentaron el proyecto “Espantacacos” se trató de poner espantapájaros vestidos de policía en los puntos donde más robaban con un cartel que decía “ojo aquí roban”. Generó una gran conmoción pública e hizo que la policía se activara en esas zonas.
  • Tienen una aplicación de denuncias donde la gente reporta crímenes.
  • También se presentó el capitulo de El Salvador pero me parece que no dijo nada relevante.

Tuesday, October 4, 2016

El revocatorio es encuentro y participación


El llamado  de la Mesa de la Unidad Democrática el pasado lunes 26 de septiembre confirma nuestra posición acerca de la necesidad impostergable de integrar a las comunidades populares a los procesos de cambio que actualmente está demandando el país frente a la situación de crisis que enfrenta.
La MUD solicitó la participación de todos los sectores de la sociedad en la difícil etapa para la recolección del 20% de las firmas y lograr la activación del Referendo Revocatorio. Se enfatizó la necesidad de la presencia de la sociedad civil de cara a este próximo reto, abriendo un compás de inclusión y encuentro, más allá del plano electoral, para tener una presencia activa y protagónica en la presión para lograr el referendo.
Ante el secuestro de las instancias del Estado y la implementación de una política represiva, ejercidas  por parte del gobierno, creemos que el éxito de los esfuerzos por cambiar la situación política y revocar la presidencia de Nicolás Maduro,  pasa por laarticulación de los factores políticos con los sectores mayoritarios de la sociedad. Un espacio donde todos podamos encontrarnos y plantear formas de manifestación y participación.
Así lo hemos aprendido en nuestro trabajo en el Movimiento Caracas Mi Convive,buscando la transformación de la cultura de la violencia a través de la implementación de políticas de convivencia junto con las comunidades en el Municipio Libertador. Allí hemos visto cómo las formas represivas y sectarias para el control de la violencia por parte del gobierno, solo han disgregado y afectado negativamente a las comunidades, en contraste con las iniciativas surgidas a partir de la gente, y donde éstas trabajan de forma articulada con otros entes y organizaciones. Son estas las propuestas que han logrado prologarse en el tiempo y tener un impacto duradero en las comunidades.
La recolección del 20% este 26, 27, y 28 de octubre plantea el reto de lograr una participación masiva en medio de condiciones adversas y frente a un Estado represor. En las elecciones de 6D de 2015, también se enfrentó una situación similar, con voceros del gobierno desconociendo de antemano resultados y apostando a la desmoralización y la inasistencia de la gente. En la validación de firmas del primero de septiembre, el gobierno activamente impidió la movilización de firmantes y son reconocidas las trabas logísticas y materiales que el mismo CNE aplicó en las jornadas. Estas dificultades no impidieron la realización y la masiva  participación  (inéditas en este tipo de comicios) registradas en las elecciones del 6D y el éxito de la validación de firmas, con casos emblemáticos de personas que permanecieron hasta tres días seguidos en los centros de validación, o se desplazaron desde locaciones remotas, incluso a pie.
El 6D, el 1%, y el 1° de septiembre son los precedentes de una épica de la gente, una épica de convivencia, que va construyendo, entre todos, formas de resistirse a la violencia. Las jornadas del 20%, en octubre, deben ser un paso más en esa dirección, un paso más de participación que derrota al sectarismo del gobierno.
También obligan a los factores políticos representados por la MUD a coordinar esfuerzos con diferentes sectores de la sociedad, abriéndose a nuevas propuestas y liderazgos locales, estableciendo canales de comunicación clara y transparente y reconociendo las expectativas y exigencias  de gran parte de la población.
La activación del revocatorio es vista, más allá de su alcance político, como un mecanismo para que se produzcan cambios reales que reviertan efectivamente la terrible situación de hambre, padecimiento y violencia que constituye la diaria realidad de los venezolanosRevocar el gobierno de Nicolás  Maduro se percibe como la única forma de cambiar las políticas económicas y sociales que han generado las crisis de alimentación, salud e inseguridad que nos afectan.
Las comunidades populares y las clases medias de nuestro país  están exigiendo respuestas y el Estado solo ha implementado planes sectarios e ineficaces y formas de represión  y desconocimiento. La exigencia popular es de priorizar la solución de estos problemas a través de maneras de participación donde las comunidades y las personas sean sujetos activos, reconocidos y articulados con el resto de la sociedad. Las jornadas del 26,27 y 28 de octubre deben materializar el encuentro de las clases medias y populares en esta necesidad de participación y no violencia.

En nuestra experiencia en el Municipio Libertador hemos visto casos donde frente a las condiciones más adversas y brutales, la gente ha reaccionado a través de los lazos de convivencia y solidaridad. En el encuentro y el reconocimiento del otro se ha encontrado la fuerza para materializar soluciones. El momento actual que atravesamos como país también es de conflicto y dificultad, pero nos plantea la oportunidad de reconocernos en nuestra diversidad, actuar en conjunto y articularnos en un frente conjunto y masivo.
Es una tarea difícil y llena de obstáculos pero también la única forma para exigir y producir los cambios que estamos necesitando y que encuentran en el Referendo Revocatorio una primera y fundamental vía.